martes, 28 de abril de 2020

Transistores 1ª Parte: Roberts R606-MB y Sanyo RP-5100

Como os venía contando, la cuarentena está siendo productiva respecto a terminar muchas intervenciones que comencé hace bastante tiempo, y ahora voy a dedicar una serie de publicaciones a pequeños y medianos transistores. Son unos aparatos con mucho encanto, que en algunas ocasiones sorprenden por sus resultados.

Os los muestro con algunos detalles de los mismos y cuestiones puntuales de la intervención, digamos son reportajes light, sin un exceso celo técnico en la exposición.

El primero de ellos realmente lo tengo operativo ya hace tiempo: dos o tres años quizás, revisado aprovechando unos días de vacaciones en El Puerto de Santa María, pero se me pasó publicarlo. Es un curioso receptor transistorizado de fabricación británica: el Roberts R606-MB. Equipado con 3 bandas: FM (denominada VHF), Onda Media y Onda Larga. No deja de ser curiosa la ausencia de Onda Corta en un receptor ya mediano en tamaño, y con un sonido bastante decente, ajustes de graves y agudos incluidos, además de control automático de frecuencia para la FM.


El receptor básicamente estaba bien, salvo numerosos problemas de falsos contactos y suciedad en el potenciómetro. Nada complicado de solucionar. Lo que está pendiente es ver si pudiera solucionar la pérdida de la cazoleta de aluminio de algunos mandos, que lo desgracia un poco estéticamente. Una curiosidad que podeis observar es la presencia de esos 'marcadores' en color rojo bajo el dial, que sirven para indicar la posición de hasta 4 emisoras 'favoritas'. La recepción en general es buena, aunque en FM la encuentro algo falta de limpieza. Su rango de frecuencias también es peculiar: de 89 a 103 Mhz.


La carcasa del receptor es tipo 'funda', una vez que se retira la placa inferior (que contiene la fuente de alimentación) tenemos acceso al mismo, y liberando unos bloqueos nos permite sacar por arriba la electrónica solidaria al dial. El altavoz elíptico (que ofrece una más que razonable respuesta en frecuencia) es solidario a la carcasa.

Como podeis comtemplar, bastante espartano en su realización y con una generosa antena de ferrita para la Onda Media y Onda Larga, en las que tiene un rendimiento más que notable. Todo bastante blindado y etapa final de audio con transistores de germanio.

Y una fuente de alimentación regulada electrónicamente bastante bien resuelta, basada en tensión de referencia mediante diodo zener. La última vez que lo usé observé algo de zumbido, por lo que en cuanto pueda salir a comprar voy a cambiarle los condensadores electrolíticos.

Este otro que os muestro a continuación, ya totalmente restaurado (buena parte del trabajo también en El Puerto hace tiempo, pero terminado hace un par de semanas en casa) y con un complemento muy curioso es otra historia. Un Sanyo RP-5100 que me llegó echo una auténtica ruina, eso sí, comprado por 4 euros (literalmente) en un lote de piezas para reparar.

El aparatito de la izquierda denominado STEREOCAST es un decodificador estéreo con salida para auriculares. El receptor viene con un conector doble jack que sirve tanto para alimentar el decodificador como para enviarle la señal MPX. Todo un detalle para poder convertir un transistor convencional y normalito en estereofónico. Dos bandas de recepción: FM y OM. El STEREOCAST lo compré aparte (enorme suerte y gracias al chivatazo de mi amigo Damián) una vez finalizada la reparación, y funciona de escándalo.

¿Asustados? así me vino el juguetito... lleno de restos de barro y altavoz desintegrado. Evidentemente estuvo en una casa que sufrió una inundación. Sinceramente no tenía muchas esperanzas de sacarlo adelante...


Agua, jabón y cuidado... y como veis la caja y el dial lucían un aspecto ya bastante decente, pese a algunos arañazos en las partes de aluminio y la ausencia de la tapa del compartimento de pilas.

La placa de circuito impreso tambien con brocha, alcohol y paciencia, quedó impóluta. Algún cable que estaba por los pelos, cortado y vuelto a soldar. Empezaba a tener esperanza...

Lo que deseché sin dudar fue la fuente de alimentación incorporada, no tenía ningunas ganas de que un transformador que había sido sumergido en agua me diera una desagradable sorpresa. Actualmente el transistor se alimenta mediante un alimentador externo regulado de 6 voltios que utilizo para varios de estos aparatos.

Y cuerda de dial nueva instalada, además que tuve que buscar una aguja de dial adecuada (venía con una que no era la suya, esto ya fue trasteado antes...) justamente del mismo lote de piezas con el que lo adquirí. ¡Ah! y un detalle de mi cosecha, en la aguja de dial acoplé un diodo led con unos cables muy finos y con la longitud suficiente para permitir el movimiento de la misma, de modo que va iluminando a su paso por las frecuencias... y con ese tono azul tan molón :-) La antena tambien es nueva, la original perdida.

Seguiremos con más transistores...

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